Forma en que se hace el examen

El procedimiento se realiza en un quirófano, bajo anestesia general. Se realiza evacuación vesical a través de una sonda delgada con el objetivo de evacuarla completamente. A veces se requiere pasar otra sonda, llamada sonda nasogástrica, a través de la nariz hasta el estómago para vaciarlo. Posteriormente se coloca un manipulador uterino con el objetivo de movilizarlo en el procedimiento y facilitar su visualización.

Previamente se ha realizado la asepsia del área quirúrgica, se hace una pequeña incisión umbilical o por encima de él, usualmente de 10 mm. A través de una aguja, se inyecta dióxido de carbono, con el objetivo de distender la cavidad abdominal y elevar la pared abdominal, lo cual crea un mayor espacio y le facilita al cirujano la visualización y trabajo con los órganos.

Luego, se inserta el laparoscopio de manera que el cirujano pueda examinar los órganos de la pelvis y el abdomen. Usualmente se realizan otras pequeñas incisiones. Después del procedimiento, las incisiones se cierran con suturas y/o se afrontan y cubren con vendajes.

Preparación para el examen

No se puede ingerir ningún alimento sólido ni líquido durante 7 horas antes del examen. Se realizará una consulta preanestésica a la cuál debe llevar los exámenes realizados previamente, la historia clínica y las autorizaciones que su seguro expidió para la realización del procedimiento. Todo esto debe llevarlo el día de la cirugía.

Ventajas del procedimiento

La laparoscopia es un procedimiento de invasión mínima, lo cuál facilita la recuperación de los pacientes, produce menor dolor, menor sangrado, una reincorporación a la vida laboral más rápida. Aunque no está exenta de complicaciones como cualquier intervención quirúrgica.

Indicaciones por las que se realiza el examen

La laparoscopia ginecológica se realiza por las mismas razones que una cirugía abierta.
La laparoscopia se puede emplear para:

  • Recolectar óvulos para fecundación in vitro
  • Recanalización de trompas
  • Extirpar un embarazo ectópico
  • Manejar tumores quísticos o sólidos de los ovarios
  • Diagnosticar y tratar endometriosis
  • Diagnosticar y tratar adherencias que producen dolor pélvico
  • Extirpar el útero (histerectomía), trompas (salpingectomía) o los ovarios (ooforectomía)
  • Manejar el prolapso genital y la incontinencia urinaria
  • Diagnosticar y tratar algunas malformaciones congénitas del tracto genitourinario

Postquirúrgico

Como el procedimiento se realiza bajo anestesia general, la persona no sentirá ningún dolor durante el procedimiento; sin embargo, las incisiones quirúrgicas pueden incomodar un poco después de la operación. La primera vez que orina puede igualmente sentir alguna molestia, que desaparecerá posteriormente.

Si se aplica anestesia local, se puede sentir un pinchazo y una sensación de ardor, al igual que dolor en el sitio de la incisión. Posteriormente, las incisiones pueden doler un poco, puede tener un sangrado leve que mejorará al realizar presión y aplicar hielo local en el sitio del sangrado, si persiste debe consultar. Se puede también sentir dolor en el hombro por algunos días, ya que el dióxido de carbono utilizado para inflar el abdomen puede irritar el diafragma, que comparte algunos de los mismos nervios del hombro. Igualmente, se puede presentar un aumento en la necesidad de orinar, ya que el gas puede ejercer presión sobre la vejiga.

Dependiendo del procedimiento realizado, se le recomendaran cuidados postquirúrgicos respecto a la dieta, ejercicio, incapacidad laboral, vida sexual, etc.

Recuerde tomar cada uno de los medicamentos prescritos para evitar dolor, inflamación, infecciones, etc.